ReseÑando
Autor: Juanmanuel González-Ríos
País: Puerto Rico
Libro: Ventriloquus
Año: 2015
Serie Literatura Hoy
Editorial Instituto de Cultura Puertorriqueña
Contenido: 59 textos organizados en 3 partes.
Género: Poesía
El poeta no desperdicia el recurso del humor, se mece en la raíz de su oficio a la vez que se enajena de este. El poeta es otro. Es alguien burlesco, un sujeto que habita dentro del autor que se deshace y sale de su interior en un baile irónico.
el poeta tiene un precipicio de alquiler por azotea
Y más adelante…
el poeta se lava la cara con las manos sucias
Es una crítica constante al oficio de ser poeta, hurga el mundo excesivo de las poses germinando una poética absolutamente incómoda. Es la incomodidad sarcástica que revienta la cotidianidad del poeta, es un diálogo consigo mismo y con aquellos que se muestran en el bar de la poesía o en la esquina del Cabaret.
el fracaso tiene algo de morbo
convoca lecturas a las que nadie asiste
deleitarse cuando aquel que sí huye
y más adelante cierra
informar en el parte de prensa:
el éxito rotundo
El autor no descansa de su jocosidad, es un llamado a la observación, pero también a la simplicidad que nos recorre. Parece gritar: ¡la vida no es tan difícil, poeta, relájate!. Es una poesía que refresca, es una conversación mientras la espuma de la cerveza recae en cada palabra. Tenemos una enorme muestra de ironía antipoética, por una parte el autor le integra al texto una atmosfera relajada y por otro es una clara defensa del goce del individuo, pero a la par con este juego de palabras, de vida, de observaciones, hay una crítica constante, una observación interna y externa de esa poética cotidiana resentida. Es leer a sabiendas que se te va a contraer la sonrisa, que los pliegues acartonados no tienen espacio para encontrarse en esta poética que se somete a la rebelión de sus propias palabras. La antipoesía minimalista se abanica abiertamente por la estética de González Ríos invitándonos a sumergirnos en el entretejido de su propuesta evocando a Nicanor Parra o a Enrique Lihn, pero también recorre lo mínimo, esta tarea discursiva que acoge grandes antipoetas minimalistas, una contracorriente que va cosiendo al paso de su ruptura.
el poeta embarazó a su muñeca inflable
Hace un alto a la violencia y se la cuestiona desde la histeria de las relaciones cotidianas. La naturalización de la toxicidad en la pareja, este bagaje cultural que nos acompaña:
Crime Scene Do not Cross
… forcejeamos
con alevosa suspicacia
alardeamos
de nuestros mutuos ardides
y tras varios coños
y un sendo:“¡hijueputa!”
aceptó mudarse conmigo
El poeta arecibeño vierte en ventríloquos lo que el lector ha pensado. Pero el lector no es ajeno a la experiencia poética, no es un simple observador, es un ser fusionado en todos los poetas que habitan en el autor y que este rechaza, abraza y dialoga a sus anchas con él, no lo cuestiona, lo observa y se divierte porque sabe que la poesía es simplemente poesía, y el fatalismo es tan borroso como la casualidad de encontrarse dentro de sí mismo. De manera casual te entierra cada palabra, tal ventrílocuo lo atestigua por el resto.
La premiada obra en el 2013 por El Nuevo Día es brisa fresca, evoca el arraigo disuelto de una cultura incuestionable, una exclusión desnuda que apalabra el sentido íntimo de una comunidad de poetas…
y otros.
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