¿Cómo ser sorora y no matar la lucha en el intento?

En tiempos de pandemia y junto a la cuarta ola de lucha feminista desde el movimiento #metoo hasta #LasTesis ha resurgido una de las palabras mas hermosas y poderosas que el movimiento ha tomado como bandera, sororidad. Mi amiga y hermana Gabi Baeza declaró en un panel que lo mas hermoso que ha tenido nuestro movimiento como Colectiva es el #Amimecuidanmisamigas #amimecuidanmisamigues porque de esto realmente se trata, de que nos tenemos. Una de las herramientas que el patriarcado usa para tomar el control sobre el género, el sistema y la sociedad en general fue separarnos y tener una visión de competencia, una competencia brutal, salvaje dónde peleamos y luchamos no solo por sobrevivir sino también por demostrar nuestras capacidades y herramientas, y hemos aprendido a vivir en ese estado todo el tiempo. Lo hemos naturalizado de tal manera que nuestro arduo caminar a veces limita nuestra propia lucha.

Pensaba en esto y en qué nadie nos enseña a como ser feministas, es una decisión el deconstruirse y aquí hay casa para la feminista académica y para la abuela que se queda apoyando y cuidando para que la nieta y las hijas levanten vuelo.

En este caminar, he conocido tantos feminismos. Yo era una de esas, de las que después de haber vivido "la experiencia" entré a la academia del género desde la herida y las ganas de cambiar este mundo desde mi visión, que para mí, era la única visión correcta. Yo fuí una de esas que entre en competencia con hombres, mujeres y hasta con mi sombra. Que pesado.

Solté y sigo soltando. Es parte de este caminar y esto no se aprende en la academia, se aprende cuando hieres a otra mujer por pensar en tus necesidades, se aprende cuando ves las heridas de tu niñez y dices "no puede ser, yo soy más grande que esto".

Y esto no es una confesión íntima mía, esto no es un abrazame, me estoy desnudando, esto es el espejo de lo que todas venimos viviendo. El miedo que nos tenemos las unas a las otras. Nosotras somos sanadoras, curanderas y ese propósito mayor nadie se lo arrebata al feminismo. Ni nosotras mismas. #NosTenemos .

No sé como se hace, lo que si sé es que para caminar lo primero es mirarse pa' dentro, como sugiere el taller de pandemia de Mayra Santos Febres , curar las sombras y reconocerse sabiendonos humanas en nuestros procesos.

Aquí unas ideas para este caminar.

1. Cuando tu amiga te confiese que vivió un episodio de violencia, no le digas "eso no me pasa a mí porque es que si mi novio me hace eso..." O es que "el mono sabe el palo que trepa". Porque estás entrando directamente en competencia con su dolor y diciéndole, "soy mejor que tú y por eso no me abusan" y el objetivo principal de apoyo se pierde, la amiga se cierra y la perdimos en el caminar.

2. Cuando tu amigue se cuestione su género, sus deseos y su proceso y esto lo aprendí de Raquel Salas Rivera solo tómale de la mano y pregúntale, ¿Qué necesitas de mí y hasta donde deseas que este contigo? Orientate, educate y sobre todo ten empatía. Esto aplica a todo, a todo. Lo añado aquí porque para mí el feminismo y la comunidad LBGTQ se retroalimentan, se apoyan y se fusionan.

3. Cuando tu amiga o amigue que está deconstruyendo todo lo que tiene en la cabeza, dice algo que reafirma que vivimos en un sistema patriarcal, respira, no la mires de reojo, abrazala con tu feminismo, con amor, con piedad, háblale de tus libros, de tu caminar, después de todo, todas y todes fuimos esas primitivas que un día decidieron caminar.

4. Nunca permitamos que un hombre nos compare minimizando a otra. Todas somos diosas, poderosas, mujerones.


Un tip: esa que te cae mal o te causa incomodidad, trata de quererla, de entenderla, de ver su vulnerabilidad, es refrescante.


Si se les ocurre un mejor caminar, lo pueden añadir, yo por ahora le devuelvo mi escudo al patriarcado, tengo mejores formas de ser guerrera. Uniendo mis fuerzas a mis hermanas y hermanes.

Las amo tanto. Gracias por estar, por ser.

Esto sigue.


Miriamcita

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